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Carta de aproximación visual no oficial al aeródromo Fuenterrobles: carta_fuenterrobles

Turismo rural de altos vuelos

https://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2012/05/10/turismo-rural-altos-vuelos/903960.html

11.05.2012 | 18:36

La pasión por volar ha activado desde 1999 tres aeródromos en la tierra del vino que buscan fórmulas para ser rentables. Las clases de aviación o las estancias en casas de madera son parte de la oferta

El interés por la construcción de un aeródromo en la comarca de Requena-Utiel, más concretamente en Requena, tiene su origen principios de la década de los años noventa, a raíz de la compra de los primeros ultraligeros (ULM) por parte de aficionados locales que buscan una base local para no tener que desplazarse a centenares de kilómetros, donde existen instalaciones apropiadas, para volar.
A esa necesidad se responde con la construcción de una instalación muy cerca de un antiguo aeródromo de la Guerra Civil en Requena, sin las licencias oportunas, con un pequeño hangar para acoger los cuatro o cinco ULM que en esos momentos había en la población.

Aeródromo de Requena
En 1999 se dio a conocer oficialmente el proyecto «Aeródromo de Requena» en la pedanía de El Rebollar. Una iniciativa puesta en marcha por el empresario valenciano, Luis Herrero, y el entonces concejal del PP, Luis Marzo, con varias denuncias públicas sobre supuestas irregularidades.

No obstante, en 2002 comienzan a volar los primeros aviones en una instalación que cuenta con una pista asfaltada y tres hangares, a lo que se suma más tarde un club social con restaurante y varios apartamentos de madera orientados al turismo rural, buscando ofrecer alojamiento a los usuarios de las instalaciones del complejo aéreo. La idea nació con el objetivo de atraer hasta Requena la aviación deportiva valenciana y convertirse en uno de los principales motores del turismo de la comarca.

El proyecto, que contaba con todos los permisos de aviación civil y tenía todos los visos de triunfar, acabó con las instalaciones embargadas por los juzgados, después de pasar por la ruptura de los socios, concurrir a ser la sede de un importante proyecto relacionado con industrias aeronáuticas o alojar una escuela de vuelo inglesa. Tras pasar más de un año cerrado, fue adquirido por un empresario que lo abrió hace unos meses.

Aeródromo de Fuenterrobles
Esta instalación nace impulsada por la ruptura de los socios del «Aeródromo de Requena», que deja fuera de su recinto a los aparatos ULM y apuesta definitivamente por la aviación ligera. Los aficionados a esta disciplina aeronáutica tienen que buscar un lugar para seguir manteniendo sus aparatos en la zona y no tener que buscar otras pistas, todas muy lejos de Requena.

De ahí nace el proyecto de Fuenterrobles, sin un interés económico claro, busca satisfacer las necesidades de los aficionados de la zona y de otras próximas. Sigue funcionando en la actualidad aunque podría verse afectado por la puesta en marcha del de Los Duques.

Aeródromo de Los Duques
Está en exposición pública su declaración ambiental. La cabeza visible de la sociedad, Luis Marzo, asegura no tener claro todavía que el proyecto salga adelante «llevó seis años para sacarlo adelante y hasta ahora no he tenido más que impedimentos».

En el caso de que todas las licencias se aprueben, el proyecto contempla la construcción de una pista de 250 metros «sólo para ultraligeros, no quiero saber nada de la aviación ligera, tiene problemas de ruidos y de accidentes», aclaró el promotor que sostiene que esta iniciativa «esta ideada a partir de los fallos de otros aeródromos».
En cuanto al resto del proyecto., prevé la construcción un hangar, que podrá ampliarse en el caso de que tengan buena aceptación las instalaciones y atraiga más aparatos a la zona. Además, contará con una escuela de pilotos, la que tiene ahora Marzo en Fuenterrobles, que se trasladaría a Los Duques. «El otro aeródromo está lejos de Valencia. Requena es un lugar más atractivo, aparte de disponer de un acceso mucho más directo a diferentes puntos de esta comarca y a otras vecinas como la de El Valle de Ayora-Cofrentes», puntualizó.

Otra instalación que albergaría el aeródromo es un criadero y guardería de aves rapaces, que obliga a mantener en la instalación a una familia, porque «no tener a gente de forma permanente es uno de los fallos que suelen tener las pistas de vuelo de este tipo».

El turismo rural es otro de los objetivos. En este sentido explicó «un albergue es la solución inicial, porque permite alojar a bastante gente a un precio asequible». Por otro lado «intentaremos recuperar una versión aérea de las Rutas del Vino, que tan buen resultado dieron hasta que nos echaron del aeródromo de Requena».

Marzo afirma que su proyecto «no es un negocio millonario, inicialmente puede dar de comer a una familia». No obstante recalcó «que puede ser un referente más para el turismo de interior y de paso satisfacer las necesidades que en este momento tienen los aficionados a los ultraligeros».